La publicidad es un foco fundamental dentro del consumismo y se hace presente en la vida diaria de la sociedad desde hace bastantes años. No siempre es un problema pero en la actualidad el consumo llega a puntos exagerados y es en gran parte por la forma en la que la publicidad llega al consumidor, por lo tanto, se transforma en un modo de manipulación.
Según la Real Academia Española la publicidad es “Cualidad o estado de público”, “Conjunto de medios que se emplean para divulgar o extender la noticia de los cosas o de los hechos”; o “Divulgación de noticias o anuncios de carácter comercial para atraer a posibles compradores, espectadores, usuarios, etc.” (2001). Básicamente consiste en fomentar el comercio usando medios de comunicación masivos. Se realizan análisis e investigaciones psicológicas para el estudio de mercado. Se utiliza el texto y las imágenes de manera que sean atractivas y llamativas. Ambos conceptos están muy conectados entre sí, ya que la publicidad atrae al consumidor. El problema en que la publicidad atraiga clientes es la forma en la que maneja y manipula al individuo y se convierte en una problemática de estudio donde el capitalismo juega un papel importante al necesitar consumidores y su manera de conseguirlos.
Uno de los componentes de la imagen pública de la publicidad es la manipulación y el engaño. Prueba de esta negativa imagen es un estudio realizado por Eroski en 1991 que reflejaba que tres de cada cinco encuestados considera que la publicidad no dice la verdad.
Pero no puede decirse que todas los mensajes publicitarios son un engaño, hay que diferenciarlas según el grado de evidencia de las afirmaciones:
- Por un lado tenemos las afirmaciones manifiestas: “Andorra, un país para esquiar”
- Las afirmaciones no verificadas, pero verificables: “Modelo X, a la vanguardia en tecnología”
- Y las afirmaciones para las que no cabe verificación alguna por plantear emociones: “Vívelo”.
En el plano del estricto engaño cabrían:
- La falsedad literal: “La estaturilla que da la felicidad”
- La publicidad engañosa por la forma de presentación, por ejemplo, testimoniales manipulados.
- La exageración y/o euforia: “Automóvil X, a años luz de todo lo que tu conoces”
- La asociación desproporcionada entre un producto y sus efectos, por ejemplo la colonia y el éxito sexual
- Las omisiones graves
Los productos protagonistas en las categorías de grave engaño están los servicios financieros y de seguros. Entre los productos con mayor presencia de anuncios calificados como muy dudosos, es decir, aquellos anuncios que arrojan dudas sobre la veracidad de sus afirmaciones, se encuentran los que utilizan una publicidad más basada en afirmaciones tangibles, como en el caso de los limpiadores, o bien más cargada de “promesas” como en los productos de belleza, cosmética e higiene.
PERSUASION
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MANIPULACION
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